El barrio, las calles de tierra, los vecinos, los perros sueltos, las mariposas libres y el viento soplando fuerte… En invierno, la escarcha bordeando el camino que llevaba a la escuela …
Mi madre tenía un hermoso jardín con violetas y peonias, narcisos y rosas, pensamientos y aljabas… ruiseñores y zorzales… y un enorme Laurel de Jardín de flores rosadas con perfume dulzón…
Sensible a las plantas silvestres y las típicas de la época, supe escuchar el canto de diferentes pájaros, de las ranas en el terraplén, la locomotora con su humo penetrante y sonido inconfundible, el perfume de tantas y tantas flores… el olor a comidas caseras... algunas simples y otras típicas de Polonia.
Nada en el Arte, como en el transcurrir de la vida misma, es casual, el inconsciente subyace alerta, para subrogarse cierta pertenencia…
Así surgió la serie búsquedas: cuando añorando vivencias, descubrí un posible lenguaje de imágenes que podían recrear lo que iba sintiendo antes y ahora… recordando…
Las flores, los colores, las formas dibujadas, simples y de trazo limpio parecían jugar una carrera de sueños…